lunes, 18 de enero de 2016

En tierra movediza



El calor me despierta, a esta hora de la madrugada y en enero no es normal, puede ser una alerta. Entonces viene el movimiento, la cama se estremece, las paredes vibran. El sismo pasa y los perros ladran. Mi mamá no se enteró, me acerco al cuarto y le informo que tembló, son la 1:37a.m. Un rato después se repite, ella lo siente ahora, se inquieta. Ven y acuéstate con nosotras, me pide.
En menos de dos horas ocurren dos réplicas perceptibles, suena el teléfono y nos asustamos ante el temor de un derrumbe en casa de algún conocido. Gracias a Dios es mi tía Chalia nerviosa, nos alerta que pongamos la radio y salgamos a la calle en busca de un sitio seguro. Mi cuadra está de pie a las 4:00a.m., los vecinos han salido a las puertas, llevan abrigos y toallas. Cada uno ha preparado una maleta por si acaso con agua, medicinas, alimentos ligeros, azúcar, leche para los niños, fósforos, velas, linternas, los carnés de identidad. Jorgito echa en una bolsa los zapatos de su familia.

Intentamos calmarnos con chistes, cuentos y chismes barriales. Nos enteramos de quién no durmió en su casa y regresa sorprendido ante Pedrera despierta, sabiéndose descubierto. Jorge Elías prepara té, mi mamá cuela café y compartimos lo que tenemos. Al menos los temblores sirven para unirnos, nos devuelven esa humanidad temerosa de la naturaleza, el deseo de apoyarnos frente al pánico.
Varias familias buscan refugio en el parquecito de Madre Vieja, los residentes en los edificios 18 plantas de Garzón se dirigen hacia allá. En el transcurso de la jornada seremos testigos de otros movimientos telúricos, 12 en total hasta el mediodía, el más fuerte –a las 3:30a.m.- alcanza los 5.0 grados en la Escala de Richter.
A partir de la 1:37a.m. de este domingo 17 de enero se registra una actividad sísmica anómala a unos 40 kilómetros al suroeste de la ciudad de Santiago de Cuba, informa la radio. Hoy, hasta las 9:00a.m. se han registrado 489 sismos.
Muchos llevan ya dos días sin dormir, temen que tantos temblores sean premonitores de algo superior, se habla de la alerta de tsunami. Las historias de los terremotos de 1766 y 1932 reaparecen como malaconsejadas leyendas urbanas. 
Esta tierra, donde a diario ocurren de 15 a 20 movimientos no perceptibles, decide hacernos pasar un mal rato. Yo me refugio en mi Dios, le invoco por la seguridad de mi gente mientras tengo en mente las medidas que orienta la Defensa Civil. ¿Se suman a mis plegarias? 
María de las Mercedes Rodríguez Puzo

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Sabes que Pedrera es parte importante de mi vida y este es uno de sus espacios jajjaja

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  2. Todos los santiagueros, estemos donde estemos, estamos con Uds. y oramos por la seguridad y bienestar de todos. Los tenemos en mente y en nuestras oraciones.

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    1. Muchas gracias por su apoyo. Estamos más calmados. Saludos

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