jueves, 5 de junio de 2014

De la calle a las galerías de arte. La historia de un pintor en Cuba



“Las primeras cosas que hice fueron comerciales: pintar ropas, motocicletas, bicicletas y garabatos en las paredes, arte callejero. Hablamos de los años 90”, expresa sencillo y desenfadado Joa, Oandris Tejeiro para los extraños.
Un artista plástico, de formación autodidacta, que no se cansa de pelear por los derechos del negro, por la aceptación de la música urbana, por rescatar esa África que llevamos dentro los cubanos, aunque unos cuantos la desdeñen.

¿Cómo llegaste a las galerías de arte?
“He avanzado mucho gracias al movimiento de casas de cultura, una bendición para numerosos artistas de esta ciudad que sueñan con perfeccionar sus técnicas y hallar un espacio donde mostrar sus obras. Estudié una carrera técnica que me llevó a realizar algunas esculturas de material ferroso, luego trabajé el paisaje y la naturaleza muerta, un excelente ejercicio que ayuda al dominio del claro oscuro.
“Llegó una época difícil, los recursos escaseaban y en busca de alternativas empecé a usar materiales no convencionales como pinturas industriales, papel gaceta y de envoltura, periódicos, cualquier cosa que me sirviera para expresarme al público y que éste se identificara. Entonces me afilié a la Asociación Hermanos Saíz y se abrieron más puertas.”
Me vuelvo atrevida y afirmo que este santiaguero podría considerarse un seguidor de nuestro Wilfredo Lam…
“Hace un tiempo atrás por situaciones que viví, comencé a trabajar el tema de la afrodescendencia dentro de la sociedad cubana, lo cual me ha exigido investigar, experimentar y buscar nuevas perspectivas no manejadas. Así nacieron dos exposiciones Testimonio y Afrocultívate”, comenta.
La obra de Tejeiro recoge además pasado, presente y futuro de la Cuba que observamos en los barrios periféricos…
“Mis pinturas son ideas, vivencias y situaciones que la gente experimenta. Podemos ver imágenes de guerreros, anhelos, las cosas que no se alcanzan, la alegría y sobre todo la representación del negro socialmente. También he ido insertando elementos de la cultura urbana y el arte callejero como letras y graffiti. Quizás mis últimos cuadros  sean bocetos para un futuro mural”, agregó.
Considerado un defensor de la música urbana a través de la plástica, Joa explica:  
“Yo crecí con el reggae, el rap, la rumba. Vengo del reparto Asunción y me mudé para el centro urbano Abel Santamaría, imagínate, dos lugares donde la música popular bailable siempre está embelleciendo la vida de las personas. Desde pequeño me identifiqué con ella, me inspiró”.
Admiro su talento y determinación, por eso les recomiendo descubrir el quehacer artístico de Joa, no los defraudará.

María de las Mercedes Rodríguez Puzo

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