miércoles, 16 de abril de 2014

La historia que tu nombre esconde


Pensé que había escuchado mal a la pequeña. ¿Cómo?, le pregunté. Con toda la gracia de sus cuatro añitos me repitió su nombre, Vida. Al detallar sus ojos marrones, grandes y expresivos, y la sonrisa pícara descubrí que ella ciertamente merece el denominador.
Me intrigó el sustantivo común convertido en propio y le pregunté a su madre adolescente el porqué. Salí embarazada jovencita y tuve un parto traumático, mi mamá estaba muy nerviosa. Cuando le mostraron a la pequeña dijo “Ésta será mi vida”, y así le puso. Se dedica a ella a tiempo completo, yo aún estudio.
En la iglesia a menudo hacemos una dinámica llamada La historia de tu nombre, bastante divertida, nos permite conocernos desde antes de nuestro nacimiento. El mío por ejemplo está relacionado con una promesa. Mi mamá nunca había salido embarazada y mi abuela Gladys deseaba descendencia, le prometió a la Virgen María que si le daba una nieta la llamaría igual y la llevaría siempre a la iglesia. Ocho meses después estaba yo dando lucha.
Personajes de novela, santos del calendario católico, protagonistas de libros que quitaron el sueño, viejos amores, juramentos de amistad o de eterno recuerdo y familiares inolvidables reviven en nuestros nombres, esos que nos acompañarán por el resto de los días identificándonos ante la sociedad.
Y es que hay nombres y NOMBRES, no es lo mismo decir Me llamo Sofía, la que tiene sabiduría según la cultura griega, que Banderenaika, resultado del choque entre rusos y cubanos. Pero peor sería llamarse Pedro Pérez Pérez –el primo al cuadrado del ratoncito- o Laureano Matas del Pino.
Sin dudas, los siguientes nombres, productos de una excesiva imaginación, superan a los anteriores: Batman Bin Superman, Al Power Romani, James Bond Concliche, Email Suárez y Usnaby Marina. Otros parecen sacados de una Guía de Enfermedades y Medicamentos como Jardilinea, Asclepiodoto, Epispóponio, Egdomilia, Flusicuásico, Permantenio, Sinforosa, Selucitria, Telésforo, Urbanelia, etc.
Un consejo a los padres: ¡Elijan bien los nombres que ponen a sus hijos!
 
María de las Mercedes Rodríguez Puzo

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