martes, 7 de enero de 2014

Reencarnación o locura, el talento está



Él llama la atención en todos los sentidos, trajeado al estilo de los años 50 con zapatos de dos tonos, sombrero semi alón y bastón de madera en  mano, desanda por el Boulevard de Dolores y el parque Céspedes.
Este personaje pintoresco, bien arraigado en la cultura popular santiaguera, posee el don de la interpretación musical, con la peculiaridad de cantar similar a Benny Moré, nuestro eterno Bárbaro del Ritmo; aunque también es conocido por piropear a las muchachas, su adicción al alcohol y dosis de locura. Se trata de Juan Manuel Billy Carbonell, para el mundo "Benny Billy".
Su talento es tal, que en el 2006 puso la voz en la película cubana El Benny, del cineasta Jorge Luis Sánchez, que fue candidata a los Premios Oscar. El responsable de la banda sonora musical, Juan Manuel Ceruto, aseguró que la realización de la pieza no hubiera sido posible sin la participación del juglar. "Esa voz, cuyo timbre es asombrosamente parecido al genial e innato artista, despejó toda reserva y consiguió acercar al auditorio".
Pero, ¿quién es Benny Billy? Nació en 1962 en la ciudad de las montañas, y hoy reside en la calle Santo Tomás junto a su esposa Gisela Diana. Cuenta el artista autodidacta que a los ocho años su padre lo llevaba de un lado para otro a cantar, lo mismo descargaban con un son que con una guaracha.
De adulto trabajó en la Jazz Band del maestro Mario Patterson, simulando a Johnny Ventura, y el público le decía Billy Morejón. Luego, durante una evaluación del Centro de la Música, Manuel Licea, Puntillita, tras escucharlo le comentó: "Tienes un ritmo y género antiguos. ¡Deja al muerto tranquilo!". Entonces decidió asumir su nueva personalidad.

"Interpretar estos números es como cuando usted termina un trabajo de construcción, fuerte y agotador, pero se disfruta, aunque fueron escritos para el Bárbaro del Ritmo, los siento míos. Yo soy el Benny, él reencarnó en mí, por eso canto como él", explicó Carbonell.
No puedo afirmar si es el poder de la reencarnación o un milagro de la locura, pero ver en escena a Billy, con sus movimientos y pasión exorbitante, realmente emociona; él levanta al público de sus asientos con la misma gracia de su antecesor.  

*Las imágenes fueron tomadas durante su primer concierto, ofrecido el pasado 30 de diciembre en el teatro Martí.

María de las Mercedes Rodríguez Puzo

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