Tiene casi 30 años, aunque no lo aparenta
por su delgadez. Cuando llegué a su casa se pasó largo tiempo observándome,
entraba y salía, se columpiaba un rato en el balancín de hierro, ubicado en el
portal, volvía a la sala y me miraba. "Le agradas, si no ya se habría
encerrado en el cuarto. Ella no se fija en la ropa ni en la estatura, es como
si mirase la energía de las personas, algunas le asustan, otras le llaman la
atención", me explicó Alicia, su progenitora.
La madre cuidadora sacó los diplomas y
reconocimientos obtenidos por su hija mayor en varios eventos de Cultura y
Desarrollo, el concurso CIERIC-UNEAC, y talleres internacionales y
nacionales sobre trabajo comunitario. Luego me mostró los dibujos, en los que técnicas y materiales diferentes
se combinan de manera espontánea para desbordar sentimientos, esos que la joven
autista solo sabe expresar mediante la pintura.
Grethel Cajigal Zorrilla nació en Santiago
de Cuba el 4 de octubre de 1984 deprimida, con meconio de 7+ y llanto demorado.
Producto del parto distócico y con fórceps, sufrió una lesión estática en el
sistema nervioso central que le impide masticar, basando su alimentación en
líquidos y merengues. Luego, a los seis años de edad se le diagnosticó un trastorno del
espectro autista.
Aún con limitaciones en el lenguaje y la
integración social, ella tiene un gran potencial para la pintura, arte que
realiza de manera autodidacta y ha presentado al público mediante varias exposiciones
personales como Sueños alados, Los colores de mi mundo y Mis sentimientos. De
su obra destaca un dibujo del líder histórico de la Revolución, Fidel
Castro Ruz.
Grethel es una persona especial, rechaza
toda manifestación de violencia, duerme poco y requiere la atención de su madre
y su hermana casi a tiempo completo. Sin embargo, esconde una grandeza
extraordinaria que se descubre al conocerla o ver sus cuadros un tanto
infantiles, pero cargados de seguridad y colorido.
María de las Mercedes Rodríguez Puzo
No hay comentarios:
Publicar un comentario