martes, 28 de enero de 2014

FELICIDADESSSS MEJUNJEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!


Me bajé de la guagua y mientras todo el mundo se dirigió a la iglesia de la esquina, decorada con luces navideñas, yo me quedé embelesada con el edificio de bohemia arquitectura, al que entré poseída por alguna fuerza extraterrenal.
Mis retinas estaban capturando cada pedacito, cada graffiti en la pared, cuando una voz grave y conocida me sacó del embeleso: Orientala, ¿todavía no sabes dónde estás? Al ver a María lo supe, estaba en El Mejunje de Villa Clara, El Mejunje de Silverio, el centro cultural más conocido de la Isla, en el oasis gay de Cuba.
En la década de los 80 los miembros del Grupo Experimental de Teatro junto a otros artistas y amigos comenzaron a reunirse en la sede del teatro Guiñol de Santa Clara. Nació una idea: crear un espacio común para los sábados por la noche; cambiaron varias veces de lugar hasta apropiarse de las ruinas de un antiguo hotel en la calle Marta Abreu entre Juan B. Zayas y Alemán, a pocas cuadras del parque Vidal. Así nació el sitio el 26 de enero de 1985…
Busco en mi memoria algún lugar para compararlo y no lo hallo, El Mejunje es único en su estilo, ya sea por el aire inacabado de los ladrillos desnudos, el carisma de sus trabajadores, la propia energía que genera o su variada cartelera semanal, destinada a todo tipo de público y preferencias.
Entras a cualquier hora y te tomas un excelente café, si eres amante de las artes plásticas puedes deleitarte en la galería. ¿Te gusta el teatro? Ahí tienes la sala Margarita Casallas, en ocasiones también sirve de cine.
Al otro lado encuentras a María, la portera a la que todos respetan y admiran, una gente leal, que detrás de su rudeza esconde un corazón noble. Si prometes portarte bien y pagas la entrada, que nunca excede de $10.00CUP, te deja pasar.
Caminas dos metros y los coctelitos te esperan en el bar Tacones Lejanos –Almodóvar no podía faltar en este espacio-. Les recomiendo las piñas coladas con alcohol y canela.
Sobre las gradas, entre dos framboyanes, en un patio al aire libre, las personas disfrutan la peña de boleros "Arráncame la vida", el proyecto "Cuando éramos chamas" para recordar la década prodigiosa, y la fiesta de rockeros. Los jueves llega La Trovuntivitis (peña de trova), los viernes puede que sea tu "Noche de la buena suerte", y los sábados es disco gay, aunque entra el que desee.
La cosa se pone buena siempre, pero los domingos tienen su magia, Ramón Silverio, fundador y alma de la instalación, se convierte en Carmita y trae invitados. Una noche de diciembre rompe con la tranquilidad de Villa Clara, se realiza el mayor evento transformista del país, la Alfombra Roja, en la que desfilan Adelle, Lady Gaga, Haila y cuanta personalidad esté de moda.
En el 2004, la entidad mereció el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, aunque su mayor logro es ser el mayor espacio sui géneris del país, con las puertas siempre abiertas.

María de las Mercedes Rodríguez Puzo










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