Cuando Inés Martínez Reyes recita asombra a todos, con 103
años recuerda casi exactos odas, elegías, décimas, y momentos de la historia. Su
andar y sus oídos sienten el paso del tiempo, pero su corazón ha sabido guardar
el secreto de la eterna juventud.
Esta señora que lee los titulares del Sierra Maestra sin espejuelos, mantiene la jovialidad de los
bisoños, toma refresco y chocolate con bastante azúcar, y hasta el último de
sus días afirmará su amor por la
Revolución.
El Caney la vio nacer el 10 de agosto de 1910, y en Santiago
de Cuba se crió; reside en Calle K # 66 entre 2da y 3ra, reparto Sueño. Con
nostalgia recuerda los números mixtos, su última lección escolar, pues llegó
hasta el cuarto grado.
Luego, trabajó como costurera en La California, empleo que dejaría
al casarse. Pasado ocho años de matrimonio no había salido embarazada, justo
cuando se iba a rendir llegó la noticia de su primer hijo, tendría dos más.
Hoy, rodeada de cinco nietos, seis bisnietos y dos
tataranietos, revive su vínculo con las Damas Humanistas, como llevaba a sus
niños caminando hasta La
Alameda a recibir cañeros y cafetaleros. Además, contribuyó a
la fundación de los CDR en su barrio, mereciendo varios reconocimientos.
Emocionada, Inés declama esta poesía que recoge lo que para
ella ha significado el comunismo:
Si ves que en el mundo
hay ruindad y engaño
Y que los hambrientos
lloran por doquier
No sufras por eso ni
te importe un bledo,
Tú a gozar la vida,
reír y beber.
Si en tu pueblo manda,
por traición o engaño,
Un dictador sucio,
bandido y ladrón,
Acoge sus vicios y sus
vilipendios,
No combatas nunca su
vil opresión,
No seas idealista,
deja el mundo libre,
Pues así se vive desde
Eva y Adán,
Pero si pretendieras
corregir sus vicios
Como comunista te
señalarán.
Llena de seguridad, Inés afirma que junto a familiares, amigos y vecinos celebrará en el 2014 sus 104 años porque vivir vale la pena.
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