Una amiga chilena, a la que quiero mucho, siempre me dice:
"Cuando se habla de cultura en mi país siempre tomamos como referencia al
tuyo, para nosotros un músico, un bailarín, en fin, un artista cubano tiene una
preparación invaluable." Creo que independientemente del talento artístico
individual, esto se debe a la política cultural que la Revolución ha promovido
desde su triunfo el 1ro de enero de 1959 hasta la actualidad.
La creación de la
Casa de Las Américas en abril de ese año, y la fundación, 83
días después del triunfo revolucionario, del Instituto Cubano del Arte e
Industria Cinematográfica (ICAIC) serían la antesala de nuestra política
cultural, la cual desde sus inicios ha tenido como principal prioridad hacer
llegar a todos los sectores lo mejor y más genuino de la cultura universal.
Como parte del amplio proceso de democratización que
acontecía entonces se desarrolló la Campaña de Alfabetización.
Luego vino la fundación de la Imprenta
Nacional, dirigida por el ilustre escritor Alejo Carpentier,
y la tirada de cien mil ejemplares de El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
De ahí se creó la Escuela Nacional de Arte en
1962, una de las obras más trascendentes, a la que seguirían las casas de
cultura, los museos y las galerías de arte.
Así, iríamos recorriendo un largo camino en el que
descubrimos que el desarrollo cultural se entrelaza con el concepto de calidad
de vida, y la necesidad de pensar y actuar desde nuestras raíces. Sobre el
tema, hace algunos días, Abel Prieto, asesor del Presidente de los Consejos de
Estado y de Ministros; Miguel Barnet, Presidente de la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba (UNEAC), y Rafael Bernal, Ministro de Cultura, impartieron una
conferencia en la
Universidad de Oriente.
El recuerdo del recién fallecido escritor y periodista
Alfredo Guevara marcó el encuentro, pues sus palabras El curso de la vida
es un despilfarro o un atesoramiento, dedicadas a los bisoños durante su
visita a este centro de altos estudios en el 2011 perdurarán siempre.
Siguiendo tal premisa Bernal dejó un claro mensaje a los
universitarios: "La cultura puede avanzar con el apoyo de ustedes, hoy
estudiantes, mañana profesionales".
Ir hacia lo legítimo, lo esencial, lo genuino, como decía Guevara,
debe ser una necesidad para los jóvenes, quienes llevan en su espíritu los
desafíos de descubrir algo y diferenciarse de las otras generaciones. Para ello
es tan importante el gusto como la acumulación de información, recalcó Miguel Barnet.
El tema del gusto preocupa a los intelectuales ante la
creciente oferta de productos artísticos con poca estética, carentes de valores,
y la preferencia por la industria del entretenimiento, que coloniza lentamente
al vender realidades ajenas a la nuestra.
Al respecto Abel Prieto añadió: "El gusto se educa,
teniendo en cuenta los patrones instalados; no se trata solo de complacer a las
personas, también hay que formar en ellas los valores necesarios para que decidan
cuáles consumos culturales las enriquecen de algún modo".
Indiscutiblemente si deseamos que Cuba siga siendo un
referente en la materia, debemos escuchar esos consejos y aprovechar las
posibilidades de acceso a la cultura que ofrece el sistema como el ballet, la
ópera, el teatro, entre otras; asistir a la Feria Internacional
del Libro, conocer y proteger el patrimonio, y mantener como prioridad la
pasión por las artes.
María de las Mercedes
Rodríguez Puzo
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