martes, 12 de abril de 2016

Tratos Ajenos (I): Livingroom


Estas son vivencias ajenas que sus protagonistas han decidido compartir, podrían haberle ocurrido a cualquier habitante de Santiago de Cuba… 
Mi hermana Yoli debía extraerse una tumoración en el hospital Oncológico Conrado Benítez. La acompañé junto a mi otra hermana, Yusi. Yoli entró al salón de cirugía y el doctor nos recomendó esperar en el lobby. Cuando vi los asientos nuevos y tantas personas de pie me dije “Aquí hay gato encerrado”.


Yusi se acomodó en el sofá e inmediatamente se le acercó el encargado de seguridad o custodio y en buen tono le pidió por favor pararse del mueble porque eran de adorno y no para sentarse. Bastante impulsiva, mi hermanita dijo Cómo?, y el hombre repitió el discurso, acción que la enojó más. “Pero cómo va a hacer que en un hospital donde la gente enferma espera su turno para la consulta y le acompañan sus familiares, usted me diga que los asientos son de adorno”, contestó exaltada sin levantarse.
El tono de Yusi atrajo la atención de un directivo: “Mire, joven, los asientos son para los familiares de personas fallecidas, entienda que ahí no se puede sentar.” Ella le respondió: “!Ah, tengo que venir entonces con un cartel que diga Se me murió un familiar!”.

 
María de las Mercedes Rodríguez Puzo

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