Miró la loma un día, estaba repleta de marabú -esa mala
hierba que reina en los campos cubanos donde la fuerza productiva es
insuficiente-, entonces tenía 45 años de edad. Agarró una mocha y loma arriba empezó
a picar, acompañado por su inmensa voluntad.
Cinco inviernos han pasado, y los cambios se notan en el
área. En lugar de la maleza crecen quimbombó, plátanos burro, yuca, frijoles,
boniato, malanga y habichuela; Ramón Vargas Molina, "Mongo", continúa
ahí.
Ahora cuenta con 8.8 hectáreas de tierra dedicadas a los
cultivos varios, que bajo el nombre de finca integral La
Fortaleza honran el sacrificio de este hombre, productor reconocido
en el poblado El Cañón y más allá.
Cuando le pregunté sobre la condición de Referencia Nacional
que ostenta, su humildad salió a flote:
"El año pasado durante la visita nacional de la Agricultura Suburbana
se me otorgó el galardón, y a los pocos días se declaró el sitio Finca Agro-ecológica,
aunque el mérito no es solo mío, laboro junto a otros dos trabajadores. En el
tiempo que llevo aquí se han impartido cuatro talleres agro-ecológicos, aportando
experiencias a algunos campesinos de la zona, interesados en incrementar su
nivel de producción. Además, por la ANAP Provincial tenemos dos cursos planificados en
el 2014.", explicó Ramón.
Como a casi todos los santiagueros, el huracán Sandy lo
afectó, situación que lo obligó a buscar alternativas:
"Vi algunos de mis sembrados destruidos en el suelo y me
entristecí, temía no poder cumplir el plan de producción del 2013. Pensé mucho
y me tracé la tarea de sembrar cultivos cortos. Sin ningún contratiempo lo
logré, y en el presente año ya he avanzado en el programa de los frijoles.
"Actualmente he conseguido 26 variedades de cultivos
entre frutales, hortalizas y vegetales. También tengo crianzas de ganado vacuno
u ovino, gallinas, patos, conejos, y porcino. La leche de las vacas se dedica a
la alimentación de los niños de la zona mediante el suministro a la bodega",
agregó.
Este campesino se asemeja a Francisca, la anciana campesina
que la muerte no pudo encontrar, pues siempre estaba activa. Su jornada empieza
bien temprano en la mañana…
"Me levanto a las 5:00am y a veces me coge la noche en
el campo, cuando llego a la casa veo el noticiero, si acaso una película. Mi
vida no es fácil, soy miembro de la junta directiva de la CCS Domingo Hernández
y tengo hasta tres reuniones al mes, pero tampoco es difícil, la tierra hay que
echarla para adelante como sea.", comenta Mongo.
Aunque no tiene sistema de riego, depende de la naturaleza, y
sembrar entre lomas no es tarea sencilla, Ramón no se aminora. Mantiene el
ímpetu cada día al mirar el monte, consciente de su valioso esfuerzo.
María de las Mercedes Rodríguez Puzo
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