En sentido contrario al mundo fue Reynaldo Cedeño Pineda,
todos adaptan los clásicos de la literatura a la gran pantalla, pero él se
atrevió a tomar varias cintas impactantes para trasladarlas a las hojas de un
poemario.
Con el carácter ameno que lo caracteriza, el escritor y
periodista santiaguero presentó este martes 14 de mayo, en el contexto de la Jornada Provincial
de Lucha contra la Homofobia,
su obra más reciente, Poemas del Lente,
ganadora del Concurso Hermanos Loynaz 2012.
La filmografía seleccionada por Cedeño quizás no esté
compuesta en su totalidad por obras maestras del cine, pero sí abordan temas
puntuales y necesarios para rescatar a la humanidad del abismo y la desidia.
Scarlett O´Hara prometiéndose hacer cualquier cosa para no vivir en la pobreza
mientras mira al viento; en otra escena una madre pide perdón por no comprender
la homosexualidad de su hijo que acaba de suicidarse en el mismo instante en
que un niño cambia la vida de una mujer que escribe cartas en la Estación Central
de Brasil. A ellos se suman en un silbido Julia y Mariana con miedo a la vida,
mientras Elpidio espera una señal para cambiar.
Maestría e ingenio distinguen estos poemas, simples, pero
profundos, en los que el autor pone de manifiesto una verdad irrefutable: El
arte nos conmueve y nos libera cuando transmite valores universales como la
equidad y el respeto a los demás, independientemente de la orientación sexual,
etnia, condición social o creencias.
No cabe dudas, Poemas
del lente trastocó a los presentes –yo entre ellos-, por eso quisiera
compartir con ustedes los versos
dedicados a la que es en mi opinión la mejor película cubana de los últimos
cinco años. Me refiero a Casa Vieja
del director Léster Hamlet, producida en el 2010.
Casa Vieja
No digas que soy
distinto en el pasillo
de la casa vieja
di la palabra con
todos sus dolores
aunque la madre se
muera con los brazos a la cabeza
aunque a la hermana se
le escape
el vaso
de las manos
aunque haya que
gritarlo
dilo
no pidas perdón
no me gustan las
estatuas
no me gustan los
limpios ni los puros
que silencio
cuando las dejo en el portal detrás de
la madera
que invierno
cuando
subo la ventana
mi padre siempre dijo
que estoy huyendo
como si hubiera hecho una maldad
mi padre de las jaulas
y los grillos.
Se me ha hecho tarde
para volver
Se me ha hecho tarde.
María de las Mercedes Rodríguez Puzo
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