miércoles, 15 de junio de 2016

La culpa es de...


Ir a cualquier reunión del sector estatal donde se analicen resultados económicos o prestación de servicios -con bastante frecuencia- es como imbuirse en el cuento “La culpa es de la vaca”.
Si usted no ha tenido la oportunidad de leerlo le comento que trata de una investigación realizada por un consultor extranjero a representantes de artículos colombianos de cuero, debido a que sus productos eran de muy baja calidad y se vendían a precios excesivamente caros. Todos los entrevistados afirmaban ¡La culpa no es nuestra!, y expiaban sus fallas en los demás, hasta que el consultor concluyó que los productores colombianos de carteras de cuero no podían competir en el mercado ¡porque sus vacas son estúpidas!
Quizás usted se pregunte cuál es la relación de la historia con las citas mencionadas y justo está dada en las explicaciones ante los incumplimientos, algunas lógicas y entendibles, otras sin adjetivos para describirlas.
En cierto espacio donde estuve se habló de un faltante alto en la entrega de un producto importante. La exposición de la responsable fue la siguiente: “A algunas tiendas se les dio mucho y a otras poco”. ¿Para qué existen las listas de distribución?
Dudo que todas las vacas sean estúpidas, estoy segura de que en muchas hay conveniencia, comodidad y hasta etcétera…
María de las Mercedes Rodríguez Puzo

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